miércoles, 13 de abril de 2011

El Gobierno riojano aprueba el decreto de los festejos taurinos populares

Además, se crea un nuevo Consejo Riojano de Espectáculos Taurinos para el asesoramiento de la Administración regional


El consejero de Administraciones Públicas y Política Local del Gobierno de La Rioja, Conrado Escobar, y el director de Justicia, Miguel Sáinz, presentaron ayer a un grupo de representantes del colectivo taurino riojano (Federación Taurina, Club Taurino Logronés, Peña El Quite, veterinarios, ganaderos, delegados y presidentes de plazas de toros) dos nuevos decretos que acaban de entrar en vigor y que regulan los espectáculos taurinos populares y la composición y organización del Consejo Riojano de Espectáculos Taurinos, un órgano de nueva planta que servirá para el asesoramiento y consulta en todos los aspectos relacionados con los espectáculos taurinos.


En este consejo, que tiene como objeto aunar los esfuerzos y conjugar los intereses de los distintos sectores implicados, estarán presentes profesionales, ganaderos, empresarios, aficionados, y diversos órganos de la Administración.

Entre las novedades más significativas de la nueva regulación de los festejos populares es la clasificación y definición de los mismos: encierros, sueltas de reses, exhibición y concurso de cortes y anillas, festejos tradicionales y bolsines taurinos. En los encierros se podrán soltar reses con una edad límite de seis años y los corredores, en este caso, deberán haber cumplido la mayoría de edad. En las sueltas de reses, los machos no deberán haber cumplido los cuatro años y los corredores tendrán que ser mayores de 16 años. Se consideran festejos tradicionales las sacas de vacas en Cervera del Río Alhama, el toro de San Miguel de Rincón de Soto, el ensogado de Cenicero y en el barrio de Cabretón, de Cervera del Río Alhama, aunque podrán reconocerse otros presentando la documentación que acrediten su tradicionalidad.

El decreto prohíbe todas las prácticas que impliquen maltrato a las reses, en concreto herir, pinchar, golpear o tratar de manera cruel a los animales, especialmente los que consistan en embolar prendiendo fuego al material o sustancia con el que se ha realizado el embolado. Otra novedad que introduce el nuevo decreto es que establece las condiciones que deben cumplir los vallados en función del tipo de festejo y de las características de las reses que van a participar.

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