Carta de Lisado Sánchez a su hija.

 En 1967, el 10 de julio, Lisardo escribe una carta a su hija mayor que acababa de felicitarlo por sus recientes triunfos: 

«Esto es muy difícil, pues los toreros los quieren suaves, pastueños, que se dejen torear cómodamente y que no ofrezcan peligro alguno. En cambio los empresarios los quieren grandes, «como los antiguos», cornalones y difíciles. Y el público los quiere cuanto más difíciles mejor, para que las figuras anden aperreados con ellos, con bravura y con fiereza, que traigan a las figuras de cabeza. Por tanto ¿ cómo se com­pagine todo ese intríngulis ? Y nosotros hemos tenido la suerte de conseguir toros que embistan, y que embistan bien, y que sean del agrado de los toreros -que son los que mandan-. Este año salió muy buena la corrida del Pilar en Zaragoza, y aquella misma noche vinieron a verme los Chopera y me dijeron: -Le compramos a usted cinco o seis corridas de toros. Yo les contesté: -Se las vendo. Pero el precio quita gana y pone gana... Me contestaron: -El precio más alto que se paguen corridas, cobra usted... Por tanto, iban a quedarse con ellas. Y se las vendí a 350 000 pesetas cada una, Yya me han comprometido la de Bilbao y Logroño. Esta ocupación me entretiene, pues los viejos no podemos dejar de luchar. Nos pasa como al que va en bicicleta: en cuanto se para, se cae... Dios me ayudará. Tengo preparados para el año que viene cien toros...».



 Vía: Opus 11 de Tierras Taurinas