Si se es 'el Mesías' y el salvador de la Fiesta, que lo es -y así lo hemos escrito repetidas veces en este periódico-, hay que demostrarlo siempre actuando ante toros/toros. Como en su reaparición en Valencia el pasado 23 de julio. Pero José Tomás ya se ha apuntado a la comodidad de los bureles sin presencia ni fuerzas, como en su segunda actuación en Huelva. Un calificativo que se refleja en muchas de las crónicas del festejo.
"Chicos, anovillados, impresentables raspas, que no eran toros sino becerritas y muy blandos", escribe en El País Antonio Lorca. "Corrida carente de trapío y floja hasta la desesperación", firma en El Mundo Carlos Crivell. "Justos de presentación", señala Paco Moreno en La Razón. "Terciados de hechuras y de caras cómodas", denuncia Fernnado Carrasco en ABC. Y en Mundotoro se afirma que "el segundo" -primero de José Tomás- "fue pitado de salida"; "y el quinto" -segundo del lote del de Galapagar- "apenas probó el peto", -o sea, para los no entendidos, que no fue picado, como los erales, por ejemplo.
Sí, ya sabemos que el coletudo que manda mediática y taquilleramente en la Fiesta, como el resto de figuras, elige siempre las divisas -y en muchas ocasiones los propios bicornes de ellas- comerciales y comoditas, que si Garcigrande, que si Jandilla, que si Núñez del Cuvillo, que si El Pilar -en Huelva y en Valencia-, que si otras de similar guisa y escasa exigencia de la 'factoría Domecq'.
Ya lo sabemos y tristemente no se puede cambiar en este juego de intereses en los que el aficionado no pinta nada, pero... hay un límite para esta ventaja. Un límite que el salvador, el antisistema Tomás traspasa como el resto. O sea que, en tal aspecto, menos lobos, menos lobos -léase menos toros menos toros y olé-. De momento, empate a uno: toros en Valencia, novilletes en Huelva. Estaremos pendientes a su siguiente cita, el domingo 7, en Bayona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario